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El séptimo sello y el incensario de oro

Cuando el Cordero rompió el séptimo sello, se produjo en el cielo como una media hora de silencio.

Entre tanto, los siete ángeles que estaban delante de Dios recibieron siete trompetas. Otro ángel, con un incensario de oro, vino y se paró ante el altar; allí se le entregó una gran cantidad de incienso para que lo mezclara con las oraciones de todo el pueblo de Dios y lo ofreciera sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

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